lunes, 31 de octubre de 2011

VERRUGAS EN PLANTA DEL PIE


Las verrugas plantares son uno de los problemas del pie más frecuentes, especialmente en niños. Ello no significa que sean inevitables. El contagio suele realizarse en muchos casos por caminar descalzo, especialmente en playas, piscinas o duchas. Si la piel del pie no se encuentra en perfectas condiciones (macerada, con grietas, heridas, etc) el contagio puede ser aún más fácil. Siga las siguientes reglas de oro para mantener su pie en el mejor estado posible:
-          Calzado adecuado a cada ocasión, que permita una correcta transpiración del pie. Sea cual fuere el tipo de suelo, debe utilizarse un calzado antes que andar descalzo.
-          Lavado diario del pie con un jabón de pH ácido durante un tiempo no superior a los 10 minutos
-          Secarse muy bien los pies, especialmente en la zona entre los dedos y siempre sin frotar la piel
-          Utilizar una crema hidratante específica para el pie, aplicándola especialmente en la planta, el dorso del pie y el talón
-           Los calcetines, los zapatos y el resto de prendas de vestir no deben apretar demasiado
-          Evitar el uso de cuchillas, otros objetos cortantes (tijeras de punta fina, por ejemplo) o piedra pómez para tratar callos, durezas, ojos de gallo, talones ennegrecidos o agrietados así como ampollas.
En un número importante de casos las verrugas evolucionan favorablemente curándose de forma espontánea entre los 6 meses y 1 año. Sin embargo, el dolor que pueden producir las verrugas plantares al pisar aconsejan realizar un tratamiento. Este tratamiento puede realizarse de muchas formas, ya sea con una gran variedad de medicamentos como con ciertas técnicas médicas (crioterapia con nitrógeno líquido, extirpación quirúrgica, inyección directa de ciertas sustancias). Dependiendo del tratamiento empleado, su duración puede prolongarse de 3 o 4 semanas a 3 meses. Su dermatólogo es quién debe elegir el tratamiento más efectivo en su caso con las menores molestias posible.

jueves, 27 de octubre de 2011

¿CÓMO DEBEN TOMARSE LOS ANTIBIÓTICOS?

Únicamente deben tomarse si ha sido recetado por el médico. La falta de cumplimiento por parte del paciente  y la automedicación con antibióticos son  prácticas muy extendidas en nuestro país, ambas igualmente erróneas. La mala utilización de los antibióticos ha conducido a la aparición de resistencias bacterianas, efectos secundarios adversos, alteración de la ecología microbiana, incremento de las consultas y hospitalizaciones, dejando un saldo nada despreciable de costes sanitarios.
En muchos casos existe la creencia de que la fiebre, sin otra manifestación clínica, debe tratarse con antibióticos. Estos medicamentos no deben utilizarse en la práctica como antipiréticos (para bajar la fiebre), salvo en el caso de pacientes inmunodeprimidos. Cuando el médico le recete un antibiótico es necesario esperar un mínimo de 3 días, una vez iniciado el tratamiento, para observar una mejoría, manteniendo siempre la pauta del tratamiento correctamente. En caso contrario, si  no responde a la terapia antibiótica después de tres días de tratamiento, puede pensarse que el antibiótico recetado no es el más adecuado para esa infección o que la enfermedad no sea de origen bacteriano: acuda de nuevo al médico si es así.
Tome siempre el medicamento a intervalos regulares, tanto de día como de noche, independientemente de la mejora o la remisión de los síntomas.
: En el caso del olvido de alguna toma se aconseja:
que se efectúe lo antes posible si se trata de una sola dosis diaria o si ha transcurrido menos de 2 horas de olvido;
que se dejen transcurrir 5 o 6 horas entre la dosis omitida y la siguiente si el medicamento debe tomarse dos veces al día, doblando la dosis;
que se dejen transcurrir de 2 a 4 horas entre la dosis omitida y la siguiente, si el medicamento debe tomarse 3 o más veces al día, doblando la dosis.
A continuación deberá volverse a la pauta de dosificación regular establecida.
            Sepa que la aparición de una ligera diarrea puede ser normal y se controla bebiendo agua , así como una dieta blanda y astringente. También pueden aparecer otros efectos secundarios, generalmente leves, como náuseas, vómitos o llagas en la boca. Su persistencia debe ser consultada al médico sin que, de momento, se deba interrumpir el tratamiento. En el caso de que aparezca sensación de mareo, dificultad para respirar o una erupción cutánea, debe suspenderse inmediatamente el tratamiento y acudir a un servicio de urgencias.


miércoles, 26 de octubre de 2011

PROLACTINA ELEVADA EN MUJERES


La prolactina es una sustancia producida por la hipófisis: sus funciones normales y sus alteraciones son ligeramente diferentes en cada sexo. La actividad de la prolactina está relacionada con muchas otras hormonas (estrógenos, progestágenos, hormona del crecimiento...) pero lo cierto es que aún no se conocen todas sus propiedades. En la mujer, la función más típica de la prolactina es su aumento durante el embarazo para favorecer la producción de leche materna después del parto. El aumento de los niveles de prolactina en una mujer no embarazada, como en su caso, puede ser debido a trastornos en el hipotálamo, la propia hipófisis o el tiroides. Ello provoca alteraciones menstruales (irregularidades, menor cantidad de regla o incluso ausencia de regla), que puede verse acompañada de la presencia de secreción láctea en el pecho. Otros trastornos que pueden estar presentes son los sofocos, la sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas o la osteoporosis.
También algunos medicamentos (ciertos tranquilizantes, antiulcerosos o incluso algunos medicamentos contra las náuseas) pueden dar lugar a un aumento de la prolactina, en cuyo caso el tratamiento podría consistir bien en la reducción de la dosis de los medicamentos causantes de dicha elevación, bien en su sustitución por otros similares pero con una menor capacidad de aumentar la prolactina.
Si la elevación de la prolactina es debida a trastornos en el hipotálamo, la hipófisis o el tiroides, el tratamiento (quirúrgico o medicamentoso, según los casos) de estas alteraciones puede normalizar los niveles de prolactina.
Existen algunos medicamentos, como los utilizados para provocar la retirada de la leche al interrumpir la lactancia materna, que consiguen, por sí mismos, reducir los niveles de prolactina (bromocripitina, lisurida).
Otra solución, si no existen causas médicas o sociales que lo impidan, sería quedarse embarazada.

martes, 25 de octubre de 2011

Quisiera comenzar a tomar la píldora anticonceptiva.


 ¿Cuál tomar?

Las píldoras anticonceptivas son verdaderos medicamentos que contienen diferentes cantidades de hormonas que, tomadas diariamente, impiden la ovulación y, por tanto, el embarazo. Antes de empezar a tomarlas, y una vez al año cuando se están tomando, se requiere un control médico para descartar la presencia de alguna circunstancia que contraindique su uso. Este control médico consiste en:
-          un examen médico general
-          la medida de la presión arterial
-          un examen ginecológico completo
-          un análisis de sangre.
Si es fumadora, vaya pensando en dejar de serlo ya que la combinación entre anticonceptivos y tabaco puede predisponerla a padecer complicaciones cardiovasculares importantes (trombosis en las piernas, infarto de miocardio y accidente vascular cerebral.
Es muy importante que conozca correctamente las normas de utilización antes de empezar a tomar las píldoras. Lea atentamente el prospecto y consulte a su médico o farmacéutico las dudas que pueda tener.
Acuda a su ginecólogo ya que solamente él es capaz de determinar el tratamiento adecuado en su caso..

lunes, 24 de octubre de 2011

COLESTEROL ELEVADO



La elevación de los niveles de colesterol es un factor de riesgo de enorme importancia en el desarrollo de las enfermedades coronarias aunque es cierto que no se manifiesta síntoma alguno. Un nivel de elevación discreto presenta un de riesgo que puede calificarse de moderado pero esperar a la manifestación de algún síntoma puede ser, cuanto menos, imprudente, especialmente si tiene otros factores de riesgo asociados que actúen como multiplicadores del riesgo coronario (tabaquismo o hipertensión, por ejemplo). Es cierto que los tratamientos de última generación tienen un coste algo elevado aunque la reducción de los niveles de colesterol supone un enorme beneficio para su salud. Prácticamente todos los tratamientos  existentes han demostrado, en mayor o menor grado, no solamente una reducción importante de los niveles de colesterol sino también  un descenso de las complicaciones cardiovasculares (angina de pecho, infarto de miocardio, muerte). A este alto grado de efectividad debe sumarse la seguridad de dichos tratamientos, con un escasísimo nivel de efectos secundarios.
A pesar de la enorme importancia del tratamiento es necesario adoptar, además, otro tipo de medidas igualmente importantes como la disminución del consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol (embutidos, queso, fritos, rebozados, mantequilla, margarina, carne de cerdo o cordero, etc.), el abandono de hábitos tóxicos (café y bebidas con cafeína, tabaco,...), el incremento moderado del ejercicio físico y el cambio de estilo de vida. Debe quedar claro que el hecho de tomar un medicamento para reducir los niveles elevados de colesterol (recetado por el médico) no supone que no se deba seguir con estas medidas. Es probable que el tratamiento, una vez iniciado, deba prolongarse durante el resto de la vida.


sábado, 22 de octubre de 2011

¿PUEDO DAR DE MAMAR Y TOMAR PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS?



Tres semanas después del parto ya puede producirse la ovulación, aunque la lactancia natural suele retrasarla un tiempo que es muy variable. El abandono de la lactancia permite mayores posibilidades de tratamiento hormonal. La decisión sobre cuál es el tipo de píldora anticonceptiva que se puede tomar debe tomarse conjuntamente con el ginecólogo, que es quién debe proponer las alternativas que él considere más adecuadas para cada caso. Es posible que algún tipo de micropíldora trifásica (con bajo contenido de estrógenos) pueda ser la más idónea. En cualquier caso debe producirse una primera menstruación para poder iniciar el tratamiento, pero debe tenerse muy en cuenta que antes de esa primera regla se producirá una ovulación, por lo que será necesario tomar otro tipo de medidas anticonceptivas hasta esa fecha. Los análisis de sangre que se realizan previamente tienen como objetivo descartar la existencia de problemas de salud a muy distintos niveles (metabolismo, circulación, coagulación, funcionamiento hepático y renal, etc.) que podrían desaconsejar el uso de anticonceptivos hormonales. Además de una valoración global de su salud, debe procederse también a una revisión ginecológica completa.
El efecto de las píldoras anticonceptivas puede verse disminuido por la presencia de vómitos o diarrea así como por algunos medicamentos como los barbitúricos, la difenilhidantoína, la rifampicina o la ampicilina, fármacos todos ellos cuyo empleo es bastante específico y minoritario.

jueves, 20 de octubre de 2011

Alergia al huevo, ¿es que no se cura nunca? ¿No existe un tratamiento?




El mejor tratamiento de una alergia consiste en suprimir la causa que la produce si ello es posible. En este caso, no solamente debe tenerse en cuenta el huevo, sino también todos aquellos alimentos que puedan contener algunos de sus derivados. Al respecto es recomendable abstenerse de consumir los productos de la siguiente lista.

Lista de productos que contienen huevo

Bizcochos, caramelo, crema pastelera, croquetas, empanadillas, escalopa, flan, galletas, hojuelas (“crêpes” y “pancakes”), helados, magdalenas, mahonesa, natillas, productos de pastelería, puddings, recetas que contengan “polvo de huevo”, sorbetes, soufflés, tartas, tocinillos de cielo, turrones, pasta de sopa enriquecida con huevo, todos los productos rebozados o a la romana, todos los alimentos enriquecidos con huevo o que contengan suplementos dietéticos de ovomaltina,   
Advierta a su médico o farmacéutico si deben ponerle alguna vacuna como la del tétanos o la vacuna de la gripe: algunos de estos productos contienen ciertas proteínas derivadas del huevo que podrían producirle problemas de alergia.

martes, 18 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL ÁCIDO ÚRICO?



El ácido úrico es una sustancia que se produce en nuestro organismo como consecuencia del metabolismo de ciertas proteínas y que se elimina a través de la orina. Los valores de ácido úrico en la sangre se consideran elevados a partir de una cierta cantidad (7 miligramos por decilitro) que puede ser variable dependiendo de factores como la raza o el sexo. Este aumento puede ser debido a un aporte excesivo de ciertos alimentos, a una mayor destrucción de las proteínas, a una insuficiente eliminación o a ciertos medicamentos. En muchos casos los valores elevados pueden pasar desapercibidos por el propio afectado, pero lo cierto es que el mantenimiento de niveles elevados de ácido úrico en sangre (hiperuricemia) puede tener consecuencias para la salud, tanto a corto como a largo plazo:
-          puede provocar la aparición de ataques de gota;
-          puede dar lugar a dolor en las articulaciones como consecuencia del depósito de cristales de ácido úrico;
-          favorece la aparición de otras enfermedades como arterioesclerosis, diabetes o hipertensión;
-          facilita la formación de cálculos renales
-          a largo plazo puede producir una insuficiencia renal.
Los alimentos cuyo consumo no controlado pueden favorecen la elevación de los niveles de ácido úrico son los siguientes: carnes rojas, carnes de caza, extractos de carne, anchoas, arenques, sardinas, moluscos, bebidas alcohólicas  y grasas.
Para normalizar los valores elevados de ácido úrico:
-          reduzca el peso si éste es excesivo;
-          suprima o reduzca la toma de los alimentos anteriormente citados;
-          beba abundante líquido (agua, zumo de naranja, limón o pomelo);
-          si las medidas anteriores fracasan o si los niveles de ácido úrico son superiores a los 7,5 miligramos por decilitro, acuda a su médico para que valore la conveniencia de instaurar un tratamiento con medicamentos.

viernes, 14 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL LUPUS?


     
      Actualmente el “Lupus Eritematoso Sistémico” (LUES) ya no se considera una enfermedad tan rara como hace 20 años ya que viene afectando a 1 de cada 2.000 personas. Se trata de una enfermedad crónica de naturaleza auto-inmune. Hasta ahora su causa es desconocida, aunque se sabe que influyen factores genéticos, hormonales, ambientales y ciertas alteraciones inmunológicas. Evoluciona en forma de brotes, alternando fases de intensa actividad con otras de aparente remisión. Las manifestaciones clínicas son tan variables que cada caso debe ser considerado individualmente. Puede afectar a muy distintos órganos y sistemas, cuya frecuencia de presentación, de mayor a menor, es la siguiente:
-          un 95% presenta manifestaciones músculo-esqueléticas, como afectación de las articulaciones, debilidad y dolor muscular.
-          Un 90% padece síntomas generales como fiebre, anorexia, pérdida de peso y malestar general.
-          Un 70% presenta lesiones en la piel y las mucosas siendo la más típica una erupción en forma de “alas de mariposa” que afecta a las mejillas y la nariz., aun que pueden presentarse otras alteraciones en el tórax, los dedos y la palma de las manos.
-          Un 55% padece alteraciones renales de cierta importancia.
-          Un 50% sufre manifestaciones respiratorias a consecuencia de la afectación de la pleura.
-          Un 30% puede tener una afectación cardíaca (pericarditis, endocarditis, cardiopatía coronaria o miocarditis).
Con una frecuencia menor pueden existir manifestaciones digestivas (nauseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros) así como manifestaciones hematológicas y linfáticas entre las que destacan, por su gravedad, la anemia hemolítica y la trombocitopenia autoinmune. También puede verse afectado el sistema ocular.
El tratamiento de esta enfermedad debe establecerse caso por caso en función de las manifestaciones clínicas presentes y de su evolución. Como medida general es aconsejable evitar en lo posible la exposición solar y utilizar cremas de elevado índice de protección solar. Los fármacos empleados en el tratamiento son muy diversos. Antiinflamatorios no esteroideos (tipo Aspirina®) para las manifestaciones articulares. Los antipalúdicos como la hidroxicloroquina se emplean para el tratamiento tanto de las lesiones cutáneas como de las articulares. Los corticoides (prednisona, metilprednisolona) resultan muy útiles para el control de muy diversos síntomas. Los inmunosupresores (ciclofosfamida y azatiopirina fundamentalmente) suelen emplearse en los casos de afectación renal y del sistema nervioso central. Otros tratamientos más recientes emplean danazol, ciclosporina o la irradiación linfática. El pronóstico de la enfermedad ha mejorado sensiblemente en los últimos años gracias al diagnóstico precoz y al tratamiento adecuado.