lunes, 24 de octubre de 2011

COLESTEROL ELEVADO



La elevación de los niveles de colesterol es un factor de riesgo de enorme importancia en el desarrollo de las enfermedades coronarias aunque es cierto que no se manifiesta síntoma alguno. Un nivel de elevación discreto presenta un de riesgo que puede calificarse de moderado pero esperar a la manifestación de algún síntoma puede ser, cuanto menos, imprudente, especialmente si tiene otros factores de riesgo asociados que actúen como multiplicadores del riesgo coronario (tabaquismo o hipertensión, por ejemplo). Es cierto que los tratamientos de última generación tienen un coste algo elevado aunque la reducción de los niveles de colesterol supone un enorme beneficio para su salud. Prácticamente todos los tratamientos  existentes han demostrado, en mayor o menor grado, no solamente una reducción importante de los niveles de colesterol sino también  un descenso de las complicaciones cardiovasculares (angina de pecho, infarto de miocardio, muerte). A este alto grado de efectividad debe sumarse la seguridad de dichos tratamientos, con un escasísimo nivel de efectos secundarios.
A pesar de la enorme importancia del tratamiento es necesario adoptar, además, otro tipo de medidas igualmente importantes como la disminución del consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol (embutidos, queso, fritos, rebozados, mantequilla, margarina, carne de cerdo o cordero, etc.), el abandono de hábitos tóxicos (café y bebidas con cafeína, tabaco,...), el incremento moderado del ejercicio físico y el cambio de estilo de vida. Debe quedar claro que el hecho de tomar un medicamento para reducir los niveles elevados de colesterol (recetado por el médico) no supone que no se deba seguir con estas medidas. Es probable que el tratamiento, una vez iniciado, deba prolongarse durante el resto de la vida.


sábado, 22 de octubre de 2011

¿PUEDO DAR DE MAMAR Y TOMAR PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS?



Tres semanas después del parto ya puede producirse la ovulación, aunque la lactancia natural suele retrasarla un tiempo que es muy variable. El abandono de la lactancia permite mayores posibilidades de tratamiento hormonal. La decisión sobre cuál es el tipo de píldora anticonceptiva que se puede tomar debe tomarse conjuntamente con el ginecólogo, que es quién debe proponer las alternativas que él considere más adecuadas para cada caso. Es posible que algún tipo de micropíldora trifásica (con bajo contenido de estrógenos) pueda ser la más idónea. En cualquier caso debe producirse una primera menstruación para poder iniciar el tratamiento, pero debe tenerse muy en cuenta que antes de esa primera regla se producirá una ovulación, por lo que será necesario tomar otro tipo de medidas anticonceptivas hasta esa fecha. Los análisis de sangre que se realizan previamente tienen como objetivo descartar la existencia de problemas de salud a muy distintos niveles (metabolismo, circulación, coagulación, funcionamiento hepático y renal, etc.) que podrían desaconsejar el uso de anticonceptivos hormonales. Además de una valoración global de su salud, debe procederse también a una revisión ginecológica completa.
El efecto de las píldoras anticonceptivas puede verse disminuido por la presencia de vómitos o diarrea así como por algunos medicamentos como los barbitúricos, la difenilhidantoína, la rifampicina o la ampicilina, fármacos todos ellos cuyo empleo es bastante específico y minoritario.

jueves, 20 de octubre de 2011

Alergia al huevo, ¿es que no se cura nunca? ¿No existe un tratamiento?




El mejor tratamiento de una alergia consiste en suprimir la causa que la produce si ello es posible. En este caso, no solamente debe tenerse en cuenta el huevo, sino también todos aquellos alimentos que puedan contener algunos de sus derivados. Al respecto es recomendable abstenerse de consumir los productos de la siguiente lista.

Lista de productos que contienen huevo

Bizcochos, caramelo, crema pastelera, croquetas, empanadillas, escalopa, flan, galletas, hojuelas (“crêpes” y “pancakes”), helados, magdalenas, mahonesa, natillas, productos de pastelería, puddings, recetas que contengan “polvo de huevo”, sorbetes, soufflés, tartas, tocinillos de cielo, turrones, pasta de sopa enriquecida con huevo, todos los productos rebozados o a la romana, todos los alimentos enriquecidos con huevo o que contengan suplementos dietéticos de ovomaltina,   
Advierta a su médico o farmacéutico si deben ponerle alguna vacuna como la del tétanos o la vacuna de la gripe: algunos de estos productos contienen ciertas proteínas derivadas del huevo que podrían producirle problemas de alergia.

martes, 18 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL ÁCIDO ÚRICO?



El ácido úrico es una sustancia que se produce en nuestro organismo como consecuencia del metabolismo de ciertas proteínas y que se elimina a través de la orina. Los valores de ácido úrico en la sangre se consideran elevados a partir de una cierta cantidad (7 miligramos por decilitro) que puede ser variable dependiendo de factores como la raza o el sexo. Este aumento puede ser debido a un aporte excesivo de ciertos alimentos, a una mayor destrucción de las proteínas, a una insuficiente eliminación o a ciertos medicamentos. En muchos casos los valores elevados pueden pasar desapercibidos por el propio afectado, pero lo cierto es que el mantenimiento de niveles elevados de ácido úrico en sangre (hiperuricemia) puede tener consecuencias para la salud, tanto a corto como a largo plazo:
-          puede provocar la aparición de ataques de gota;
-          puede dar lugar a dolor en las articulaciones como consecuencia del depósito de cristales de ácido úrico;
-          favorece la aparición de otras enfermedades como arterioesclerosis, diabetes o hipertensión;
-          facilita la formación de cálculos renales
-          a largo plazo puede producir una insuficiencia renal.
Los alimentos cuyo consumo no controlado pueden favorecen la elevación de los niveles de ácido úrico son los siguientes: carnes rojas, carnes de caza, extractos de carne, anchoas, arenques, sardinas, moluscos, bebidas alcohólicas  y grasas.
Para normalizar los valores elevados de ácido úrico:
-          reduzca el peso si éste es excesivo;
-          suprima o reduzca la toma de los alimentos anteriormente citados;
-          beba abundante líquido (agua, zumo de naranja, limón o pomelo);
-          si las medidas anteriores fracasan o si los niveles de ácido úrico son superiores a los 7,5 miligramos por decilitro, acuda a su médico para que valore la conveniencia de instaurar un tratamiento con medicamentos.

viernes, 14 de octubre de 2011

¿QUÉ ES EL LUPUS?


     
      Actualmente el “Lupus Eritematoso Sistémico” (LUES) ya no se considera una enfermedad tan rara como hace 20 años ya que viene afectando a 1 de cada 2.000 personas. Se trata de una enfermedad crónica de naturaleza auto-inmune. Hasta ahora su causa es desconocida, aunque se sabe que influyen factores genéticos, hormonales, ambientales y ciertas alteraciones inmunológicas. Evoluciona en forma de brotes, alternando fases de intensa actividad con otras de aparente remisión. Las manifestaciones clínicas son tan variables que cada caso debe ser considerado individualmente. Puede afectar a muy distintos órganos y sistemas, cuya frecuencia de presentación, de mayor a menor, es la siguiente:
-          un 95% presenta manifestaciones músculo-esqueléticas, como afectación de las articulaciones, debilidad y dolor muscular.
-          Un 90% padece síntomas generales como fiebre, anorexia, pérdida de peso y malestar general.
-          Un 70% presenta lesiones en la piel y las mucosas siendo la más típica una erupción en forma de “alas de mariposa” que afecta a las mejillas y la nariz., aun que pueden presentarse otras alteraciones en el tórax, los dedos y la palma de las manos.
-          Un 55% padece alteraciones renales de cierta importancia.
-          Un 50% sufre manifestaciones respiratorias a consecuencia de la afectación de la pleura.
-          Un 30% puede tener una afectación cardíaca (pericarditis, endocarditis, cardiopatía coronaria o miocarditis).
Con una frecuencia menor pueden existir manifestaciones digestivas (nauseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros) así como manifestaciones hematológicas y linfáticas entre las que destacan, por su gravedad, la anemia hemolítica y la trombocitopenia autoinmune. También puede verse afectado el sistema ocular.
El tratamiento de esta enfermedad debe establecerse caso por caso en función de las manifestaciones clínicas presentes y de su evolución. Como medida general es aconsejable evitar en lo posible la exposición solar y utilizar cremas de elevado índice de protección solar. Los fármacos empleados en el tratamiento son muy diversos. Antiinflamatorios no esteroideos (tipo Aspirina®) para las manifestaciones articulares. Los antipalúdicos como la hidroxicloroquina se emplean para el tratamiento tanto de las lesiones cutáneas como de las articulares. Los corticoides (prednisona, metilprednisolona) resultan muy útiles para el control de muy diversos síntomas. Los inmunosupresores (ciclofosfamida y azatiopirina fundamentalmente) suelen emplearse en los casos de afectación renal y del sistema nervioso central. Otros tratamientos más recientes emplean danazol, ciclosporina o la irradiación linfática. El pronóstico de la enfermedad ha mejorado sensiblemente en los últimos años gracias al diagnóstico precoz y al tratamiento adecuado.