jueves, 25 de agosto de 2011

¿Hasta cuándo esperar para consultar al médico al no quedar embarazada?




En términos generales, debe acudirse a un ginecólogo o una institución especializados en Reproducción Asistida cuando hayan transcurrido un mínimo de 18 meses de relaciones sexuales normales sin el empleo de ninguna técnica anticonceptiva. La sospecha de la existencia de algún problema, como la ausencia de reglas o la existencia de ciclos irregulares, hará aconsejable la visita al ginecólogo lo antes posible. Sin embargo, a partir de los 35 años, no se aconseja esperar más de 6 meses para hacerlo. En cualquier caso, la visita  al especialista en Reproducción Asistida debe realizarse por parte de los dos miembros de la pareja, con la finalidad de permitir una valoración global del problema. Deben descartarse ideas preconcebidas sobre una técnica de reproducción asistida determinada,  ya que no podrá pensarse por parte del especialista en técnica alguna antes de haber realizado un diagnóstico. De todos modos, en un porcentaje variable de casos, comprendido entre el 8 y el 28% de las parejas, no es posible encontrar causa aparente alguna de infertilidad en ninguno de los dos miembros.  Además de la edad, los problemas del ciclo menstrual y el tiempo que se lleva intentando tener descendencia se debe prestar atención a la presencia o antecedentes de enfermedades de transmisión sexual (infección pélvica, apendicitis, cirugía abdominal o dolor durante la relación sexual).  
    Muchas mujeres creen que todos los días del ciclo son igualmente fértiles, pero el embarazo depende de la ovulación, de tal forma que un conocimiento del momento de la ovulación permite incrementar las posibilidades de embarazo manteniendo relaciones sexuales desde los 3-5 días anteriores a la fecha de ovulación. No cabe duda de que, si se trata de ciclos regulares, puede ser relativamente sencillo calcular la fecha de la ovulación: simplemente basta descontar 14 días del número total de días del ciclo. Para un ciclo de 30 días la ovulación debería producirse el día 16, para un ciclo de 29 días sería el 15 y así sucesivamente.  Debe prestarse atención a la posible existencia de molestias y una cierta tensión premenstrual en medio del ciclo, lo que normalmente indica la existencia de ovulación. Además,  el moco cervical suele hacerse más fluido durante esa fase, adquiriendo una consistencia más acuosa, transparente y filante, un tanto parecida a la clara de huevo. Éstas son precisamente las condiciones más idóneas para la supervivencia de los espermatozoides  mientras que, apenas transcurridas 24 horas después de la ovulación, el moco vuelve a tener una consistencia más espesa y un aspecto más amarillento.
Existen multitud de pruebas y tratamientos que el especialista puede utilizar. Hay que procurar eliminar la posible “tensión” que esta cuestión pueda suscitar en la pareja, ya que ello no beneficia en nada al proceso.

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